La dama del Mediterráneo
La elegante isla mayor, como la llamaron los romanos posee todo
lo que uno pueda soñar. Los primeros turistas empezaron a llegar a la
isla a principios de los años veinte y, hasta la guerra civil, fue
creciendo en ella un turismo selectivo, especialmente de intelectuales y
artistas.
Su clima suave de cielos despejados, su belleza paisajística, su gran
historia, y su atmósfera cosmopolita, la convierten en un lugar
privilegiado, donde la oferta cultural es equivalente a la de una ciudad
diez veces mayor; por ejemplo el Auditorio de Palma se cuenta entre una
de las mejores salas de conciertos de Europa. En Mallorca encontramos
relax, fuente de inspiración, cultura y ocio, "todo en tan pequeño
territorio".
Mallorca: qué hay que ver
La mayoría de los
visitantes se limitan a un pequeño espacio que rodea a la playa elegida
para sus vacaciones, y olvidan que aparte de una bellísima costa,
Mallorca ofrece maravillosos paisajes y tesoros entre sus llanuras y
montañas que merece la pena conocer. Algunas excursiones por la misma
nos mostrarán una riqueza de contrastes inimaginable.
Comenzamos por la capital,
Palma,
haciendo un bello recorrido por la Bahía de Palma. Como se trata
de tan sólo de unos 16 Km. desde el Puerto hasta El Arenal,
recomendamos hacerlo en bicicleta, por un camino que, bordeando la
costa, nos deparará el placer de la lenta degustación de las bellas
playas de El Portixol, El Molinar, Coll d'En Rebassa
y Can Pastilla para terminar en el Arenal . Para volver
recomendamos tomar el mismo camino.
En la misma Bahía de Palma,
se encuentran otros enclaves bellísimos que merece la pena visitar, como
Illetas, una bahía de unos 75 m. de extensión con bellos pinares
que acarician una costa de fina arena, o Santa Ponça, playa de
arena finísima y aguas transparentes.
Otra excursión, partiendo desde Palma es la de la bellísima Sierra de
Tramuntana, que corre paralela al mar en el Noroeste de la isla.
Aquí no sólo disfrutaremos de unos paisajes extraordinarios, sino que
pasaremos por bellísimos enclaves de gran valor histórico y artístico.
Podemos elegir entre un camino más corto, tomando la carretera N-711 en
dirección al Norte, llegando directamente a Soller, o el más
largo, pasando por Calvía, población muy pintoresca con bellos
paisajes mediterráneos de olivares. En ella destacan su Iglesia
Parroquial románico-gótica y el Castillo de Bemdinat, del
s.XVIII.
La carretera hasta Andraitx nos lleva por bellísimos pueblos costeros
con algunos de los paisajes más bellos de la isla; pasamos por Cabo
Andritxol y la playa protegida de Camp de Mar, bellísima cala
con playa de arena, y una isleta en el centro. Llegamos por fin al
Puerto de Andraitx, un bellísimo puerto natural rodeado de pinares y
compartido por pescadores y veraneantes. A unos 5 Km. en el interior se
encuentra el casco histórico de Andraitx, del que tenemos un
fantástica panorámica desde lo alto del cementerio . Los puntos más
interesantes a visitar son su Iglesia Parroquial y la
casa-palacio de Son Mas. San Telmo es sin embargo el
puerto costero más visitado de la isla, quizás por su fortaleza del s.
XVI y por ser punto de partida para la bonita Isla Dragonera,
cerca del pueblo se encuentran también las interesantes ruinas del
monasterio Sa Trapa.
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Tomando la carretera N-710, desde Andraitx, disfrutaremos de
maravillosas vistas de la costa, especialmente aconsejamos visitar los
alrededores de Puigpunyent, pues este pueblo se asienta en una
bellísima región de olivares y almendros.
Valldemosa, será la próxima estación, la Real Cartuja
donde vivió Chopin el invierno de 1838 a 1839 nos recuerda a su
historia con George Sand. A pocos kilómetros encontramos el
pequeño y encantador puerto de Valldemosa. Deiá,
hermoso pueblo montañero, nos depara la siguiente sorpresa con su
belleza paisajística en gran armonía con las construcciones típicas. Los
edificios turísticos han respetado la singularidad de su arquitectura y
su cementerio es uno de los más bellos de Mallorca, con singulares
inscripciones en sus lápidas. Asimismo es de gran belleza la
Bahía de Lluc Alcari y su pequeña
playa.
En un enclave de gran riqueza botánica se encuentra
Soller, ciudad exponente de la más noble arquitectura
mallorquina. Un gracioso tranvía eléctrico conduce al puerto, dominado
por un castillo medieval, y con un barrio de pescadores de gran tipismo.
También en Soller encontramos una gran riqueza monumental como lo
muestran la Parroquia de San Bartolomé, neogótica, el Museo de
Soller o el Convento de San Francisco. Muy cerca por una
pequeña carretera llegamos a Biniaraix,
bellísima muestra de la arquitectura mallorquina. Cruzando tortuosas y
bellas carreteras de montaña, llegamos un enclave considerado de los más
bellos del Mediterráneo, Sa Calobra, desde donde visitaremos el
Monasterio de Lluc, centro de gran devoción para los
mallorquines, el cual descansa sobre uno de los más altos puntos de la
isla. A pocos kilómetros se encuentra Escorca, pueblecito situado
a casi 500 m. de altitud. Su museo alberga una interesante colección de
numismática, cerámica, orfebrería y arqueología.
Al pie de dos altas colinas, desde donde se divisa una espléndida
panorámica de la ciudad y la bahía, encontramos la ciudad encantadora de
Pollença, muy pintoresca con sus
callejuelas y casas antiguas. Además servirá como punto de partida para
una visita cultural por este importante enclave histórico y artístico.
Destacan en la zona el Museo de Pollença, con exposición de
pintura, zoología y arte medieval, la Atalaya de Formentor, torre
de finales del s. XVI, el Castell del Rei, ruinas del s. XIV, en
la Sierra de Tarnelles, el Puig de Maria, santuario a las
afueras, la Parroquia de Santa María de los Angeles, templo
grecorromano con ornamentación barroca, y tantos más. Sin embargo lo que
quizás nos impresione más sea el Monte Calvario, una escalinata
de 365 peldaños, a las afueras de la villa, en la que se celebra el Via
Crucis. En la cumbre hay un oratorio del s. XIV. A 6 Km. se encuentra el
Puerto de Pollença, agradable puerto pesquero que ha servido de
refugio a veraneantes y artistas. Aquí se asentó una colonia de artistas
cuyo inspirador fue el conocido pintor Anglada Camassara, su obra
podremos apreciarla en su Museo, ubicado en la calle que lleva su
nombre. También otro gran poeta mallorquín tiene su calle, Costa i
Llobera, donde se puede visitar su casa natal. A 7 Km., está Cala
de San Vicente, internacionalmente conocida con sus valles poblados
de pinares que casi se bañan en el mar, y a 9 Km. la Playa de
Formentor, muy conocida también por su fina arena blanca, ambos
enclaves turísticos de gran calidad.
En paralelo a la vía anteriormente indicada podríamos volver a Palma
describiendo otra ruta llena de riquezas naturales e históricas. Este
recorrido lo comenzaremos al otro extremo de la Bahía de Pollença, en la
ciudad medieval de Alcudia, para la que
merece la pena tomarse tiempo y visitar sus bellas calles flanqueadas de
casas palacio de los s. XVI y XVII, su Iglesia Parroquial, la
Puerta de la Ciudad, y su Teatro Romano, muy bien conservado.
Después tomaremos la carretera N-717 y llegaremos a Inca,
población agrícola e industrial con una producción textil y de calzado
de gran prestigio. Aquí merece la pena visitar la Catedral, las
bodegas o cellers donde se conservan cubas de gran volumen,
llamadas botes congranyades, y divisar la bella panorámica que se
aprecia desde el cercano Puig de Santa Magdalena. Pasando por
Binissalem, llegaremos de nuevo a Palma.
Desde Palma en dirección Sureste continuando en la carretera
N-717, merece la pena visitar Llucmajor, que a parte de sus
pintorescos y bellos paisajes, como el ofrecido por la pequeña y
estrecha Bahía de Pi, nos presenta asimismo
algunos monumentos de gran interés, como la Iglesia Parroquial.
Santanyí recuerda a la época en que los
ataques piratas eran tan frecuentes en la isla, ya que éstos situaban su
base de operaciones en la vecina isla de Cabrera. Todavía se conserva la
antigua puerta de la muralla, Porta Murada. Felanitx, es
uno de los cuatro núcleos urbanos de la isla; dedicado a la producción
de vinos. Destaca su Iglesia Parroquial y el Santuario de San
Salvador, regentado desde la Edad Media por los ermitaños de la
orden de San Antonio y San Pablo. Desde el mismo se divisa una
espléndida panorámica.
Manacor es la segunda ciudad en importancia de las Islas
Baleares, con una producción importante de muebles, objetos de vidrio
hueco y perlas de imitación. Su Museo Arqueológico bien merece
una visita, con exposición de importantes series prehistóricas insulares
y paleocristianas. Muy cerca se encuentra Petra, donde nació
Fray Junípero Serra, fundador de misiones que posteriormente
llegarían a ser ciudades de la actual California. Aquí podremos visitar
la Casa Natal del monje, el Monasterio del s. XVII, y muy
cerca, sobre una colina la Ermita de Nuestra Señora de Bonany.
Muy cerca de Manacor se encuentra Porto Cristo, importante zona
turística, donde encontramos las Cuevas de Drach, bellísimas
cuevas naturales con un lago subterráneo. Merece también la pena visitar
el Acuario, con toda la fauna marina de las Baleares o el
Exotic-Park, con multitud de cactus y aves exóticas . Desde aquí,
bordeando la costa tanto al Sur como al Norte, encontraremos bellísimas
calas. Destaca en esta zona Cala Millor, en la Bahía de Artá. La
misma península de Artá es de gran interés, por su castillo,
casas palacio y gran concentración monumental. Se recomienda visitar la
Iglesia Parroquial, el Monasterio de San Francisco y el
Museo con importantes piezas prehistóricas. Y para los interesados
en los períodos muy remotos; Ses Paises ofrece hallazgos
importantísimos de la época megalítica. Y cómo no mencionar las
bellísimas Cuevas Naturales de Artá o la fantástica panorámica
que se divisa de la Bahía de Alcudia desde la cercana Capilla
de Betlem.
Muy cerca se encuentra la conocida Cala Ratjada, pueblo típico de
pescadores, construido junto a un castillo medieval (Castillo de
Capdepera, s XIII), hoy convertido en zona residencial. En esta zona
encontramos interesantísimos enclaves, como la Torre de Canyamel,
gigantesca torre defensiva del s. XII, o los Jardines de Casa March,
importantísima colección privada de arte moderno, o las bellas playas de
la zona como Cala Mesquida, una excelente playa de dunas, a la
que también se llega en bicicleta por un bonito camino rural
No podremos dar por concluido nuestro viaje sin visitar la maravillosa
zona de la Bahía de Alcudia, que abarcaremos al completo si la
divisamos desde el Monte San Talaia. Al sur hay algunas playas
muy bonitas y el Puerto de Alcudia que bien merece la visita. Y
ya allí el Parque de la Albufera. Existe un camino de bicicletas
de 12 Km. que rodea el Parque Natural. Aunque no está del todo
pavimentado, no presenta gran dificultad, pues se trata de un camino
llano y sus tramos de tierra están bien alisados. Se recomienda respetar
su armonía natural no vociferando, ni saliéndose
de los senderos. También se puede pasear dentro del parque por diversos
caminos, en la recepción del mismo le facilitarán toda la información
necesaria. |