Lanzarote es una isla tropical situada en las zonas templadas del Trópico de Cáncer. A pesar de la proximidad del desierto del Sáhara, el clima no es desértico debido a que la corriente marina fría proveniente del Glofo de México actúa como regulador atmosférico, sobre todo en las zonas costeras.
Lanzarote, al igual que el resto de Las islas de Canarias, poseen un clima extraordinario, de ahí que se las conozca como las “islas de la primavera eterna”. Debido a la ausencia de macizos montañosos y a la proximidad del continente africano (un centenar de kilómetros). El clima de Lanzarote es muy seco y húmedo. Las temperaturas nocturnas son raramente inferiores a 13ºC en invierno y a 20ºC en verano. Su temperatura media anual es de 22° C y las temperaturas extremas no existen.
En ocasiones, pueden darse fuertes diferencias de temperatura entre dos puntos próximos (microclimas), por lo que a veces puede estar ligeramente nublado en el norte y soleado en el sur. Las precipitaciones son escasas y ocurren en el invierno principalmente. Como las precipitaciones anuales no sobrepasan los 140mm (condiciones similares al desierto), la escasez de agua ha sido, desde siempre, el mayor problema de la isla.