A lo largo de los 200
kilómetros de litoral que comprende la Costa Brava
se encuentra todo un mosaico de poblaciones típicas
mediterráneas, como L´Escala, Palamós, Sant Feliu de
Guíxols, etc., con los tejados al sol y a la orilla
del mar, junto a la playa, rodeadas de roca y pino verde.
Es la singularidad de este encuentro entre la montaña y el
mar lo que llevó al periodista Ferran Agulló a definir
esta costa como la COSTA BRAVA.
Pero no sólo el paisaje, el clima, el sol y la luz
agotan las posibilidades de ocio y entretenimiento de
estas tierras. En bicicleta o a pie, en coche o incluso a
caballo, por el cielo, los senderos o bordeando las calas,
la Costa Brava es un escenario inmejorable para paseos y
excursiones. También para practicar deportes náuticos o el
golf, dispone de las instalaciones e infraestructuras más
adecuadas. Por otro lado, junto a las playas se encuentran
grandes centros de ocio, como Empuriabrava, L´Estartit,
Lloret de Mar, Platja d´Aro, Roses, Sant Antoni de Calonge...
donde la diversión está asegurada hasta la llegada de la
impresionante puesta de sol. Sus playas, de aguas limpias,
cristalinas y libres de contaminación, reciben año tras
año la calificación de bandera azul, que garantizan
la calidad ambiental del agua y de la arena de las playas
del litoral.

Algo que en ningún caso se puede dejar de descubrir es el
alma de los fogones de esta tierra: la cocina de
mar y montaña, el encuentro sublime de los frutos del mar
con las carnes y las verduras de la montaña y del llano.
El suquet de pescado, la sepia con guisantes, el pollo con
cigalas, las albóndigas con gambas o el arroz a la cazuela
quedarán en el álbum de los recuerdos como aquellas
imágenes geniales que con frecuencia se sueñan al revivir
las vacaciones.
No hay que perderse la visita al Parque Natural de Cabo
de Creus, cuyo paisaje nos sugiere cómo debió de ser
la Tierra en sus orígenes, o a los humedales del Parque
Natural Aiguamolls de l´Empordà, a las islas Medes
(en L´Estartit), las calas de Begur y Palafrugell,
la ciudadela de Roses, las ruinas griegas y
romanas de Empúries (en L´Escala), o a las villas
medievales de Pals y Peratallada, los restos
ibéricos de Ullastret y la Vila Vella de Tossa
de Mar, los bellos jardines botánicos de Blanes y
Lloret de Mar... En la Costa Brava se puede gozar de lo
que probablemente sea la mayor concentración de atractivos
y experiencias en el mínimo recorrido.
|